Renacimiento

Abro las manos,
suelto lo que estaba atado,
abro las manos para dejar ir y
crear espacios,
abro las manos para compartir y multiplicar,
despliego las alas...
vuelo al infinito,
mi espíritu se ensancha,
la mente se clarifica,
el deseo se hace fuerza...
Abro mi corazón
para recibir a Dios en su morada,
creo, creo, creo...
la fe me hace fuerte e invencible.

Te recibo

Tú eres mi felicidad,
me libero...
camino recorrido,
el necesario
para llegar a ti,
Te quiero en mi vida,
te atraigo hacia mi,
Te llamo: Samuel, Samuel...
el Universo conspira
y te trae a mi...
Te recibo agradecida

Me invades por completo

En el centro de mi corazón
mi amor por ti,
en el fondo de mi alma
mis sueños,
En cada espacio de mi piel
Tú

Te quiero lejos

Samuel,
te multiplicas dentro de mi,
emerges de mi alma
como serpiente
saliendo de su madriguera,
pero me dejas tu veneno,
apártate ya,
te quiero lejos,
fuera de mi...
Cristo me bendice

Silencio

Silencio...
en esta hora
quiero comunicarme en silencio,
quiero decirte que te amo
sin palabras,
que nadie sospeche de mi amor,
que nadie interprete la tristeza de mis ojos,
que mis lágrimas se disipen
tan calladas como mi voz.
En esta hora
quiero morir,
que me sepulten
con tu amor diseminado
en cada espacio de mi piel,
para así poder tenerte,
para así poder amarte en la eternidad...
Amor ni siquiera sé por qué
escribo esto,
es mi voz interior
que lo dicta,
que me impulsa
a escribirlo
y a callarlo...
guardo silencio
escucho pasos

No más vuelos

Hoy clausuro mis sueños,
hoy cierro mi boca
al beso morboso
que moja mi alma,
hoy me despido de ti,
hoy dejo de susurrar tu nombre,
no más vuelos con ojos cerrados,
de sueños curtidos
con olor a humedad,
hoy clausuro mi sueños,
mi intimidad naciente
a ese espacio oscuro
y prohibido,
hoy clausuro el placer
encerrado en tu voz
que vibra dentro de mi...
hoy clausuro tu nombre,
Samuel.

Enigma

Ahora releo tus escritos,
los miro desde afuera y
percibo tu metáfora desde tu óptica,
no de la mía,
puedo ver claro
tu oscuridad proyectada,
un nuevo sentido,
una nueva dimensión...
Quién eres realmente, Samuel?