la tristeza me embarga,
es tu legado,
me sumerjo en ti,
bebo de tu sangre,
me adhiero a tu piel
termino llorando,
lágrimas ruedan
silenciosas
porque no fuiste
quien yo deseaba,
no eres el poeta
que había soñado,
y me pregunto:
qué culpa tienes
de no llenar mis expectativas,
qué culpa tienes de no ser
quien yo esperaba
Sin embargo te ataco,
quiero herirte,
clavarte una daga en el pecho
con igual fuerza como tú
lo hiciste conmigo.
Que absurda postura la mía,
lo acepto
No hay comentarios:
Publicar un comentario